Etiquetas
ansiedad, aprender, cambiar, cambio, cambios, dejar, fumar, gestionar, inseguridad, nervios, nueva, nuevo, trabajo, valentía, valiente, vida
Más asentado, más ubicado, más relajado.
Los cambios nos ponen a prueba y, poco a poco, volvemos a ser el de antes. Y cuando digo poco a poco, me refiero que hay momentos que sigo desubicado, me siento extraño con tareas nuevas, diferentes y cambiantes.
No en todo momento, hay momentos de sensaciones diferentes, algunas sensaciones son de dominio y seguridad como la que siento ahora, en otras se mezclan dudas, que no dejan avanzar y, mientras no se resuelve la duda, es duro mantener la compostura.
Aparentar es la consigna cuando uno se siente pequeño. Aparentar, ser cordial y agradable y resolver alguna cosa de vez en cuando. Hoy por ejemplo, he resuelto una cosa importante, he consolidado conocimientos y de premio me han dado una libreta y un bolígrafo. ¡Vaya premio! – Diréis. Pues para mi ha sido importante conseguir eso.
El tabaco sigue sin poder conmigo. Y no diré que no lo intenta, pero sí diré que no lo consigue. Paso momentos de ansiedad resolviendo la ansiedad con lógica y razonamiento positivo. Procuro ir al lado más positivo que exista, pues el tabaco ya se encarga de llenarme de negatividad. El tabaco, el estrés y un nuevo cambio. Me estoy aficionando demasiado a la cerveza desde que dejé el tabaco y estoy intentado controlarme esta semana.
Ayer no pude evitar beberme una acompañada de cuatro galletas. Pero yo controlo, yo controlo, como el garrulo de barrio cuando se sube a un coche completamente borracho.
Cierto es que tengo dudas, pero también tengo fortalezas. Y esas son mis virtudes, lo que me hace sentir orgulloso de mi mismo y lo que me recuerda Ana cuando me olvido. Ser valiente, eso estoy siendo y eso debo reconocerme. La inseguridad está al acecho, cuidado que te pilla…
¡Qué cómodo se estaba en la zona de confort! ¡Qué costoso es ser valiente!